miércoles, 1 de agosto de 2012

ATENCION EN LA DEMANDA EDUCATIVA DE ARGENTINA


Los principios de gratuidad, obligatoriedad y universalidad de la educación primaria fueron
adoptados por el Estado argentino desde fines del siglo pasado. El objetivo explícito de
universalizar la enseñanza elemental, entre otros elementos, incidió para que el país lograse
una rápida difusión de la provisión de educación formal a vastos sectores de la población
que, por su parte, se encuentra entre los registros más altos de América Latina.
Según el Censo de Población del año 1869 (que excluyó a los aborígenes), de los
habitantes censados con 14 años y más, el 77% eran analfabetos; para fines del siglo XIX,
poco más del 50% se encontraba en esa condición y, 50 años después (1947) menos del
14% no había sido alfabetizado. Para el año 1970, el 7,1% de la población de 10 años y
más era analfabeta y en el año 1991, último dato disponible, el 3,7% de los habitantes de
este grupo etano manifestaba no saber leer ni escribir.


Como puede observarse, la universalización de la educación básica es un objetivo
prácticamente alcanzado ya que sólo resta incorporar una pequeña franja del grupo de
población en edad obligatoria. Los niños que se encuentran fuera del sistema, ya sea
porque nunca ingresaron o bien por que lo abandonaron prematuramente antes de su
finalización, pertenecen a sectores marginados socio-económicamente; en tal sentido, las
soluciones para su escolarización no pueden ser pensadas aisladamente desde el sector.
Por eso mismo, la incorporación de estos grupos de población al sistema educativo,
significará un esfuerzo marginal de elevar la escolarización más que proporcional al
realizado en las últimas décadas para alcanzar los niveles actuales.
Pero no sólo la prestación educativa básica ha crecido en la Argentina. En la actualidad,
asisten a los niveles inicial, primario, medio y superior no universitario, 8.890.679 alumnos,
distribuidos en 38.457 establecimientos y atendidos por 598.806 docentes. Para el año
1994, esa matrícula representaba el 26% de la población total (si se incluye los 615.796
alumnos del nivel universitario, el porcentaje de la población que actualmente es atendido
por el sistema educativo asciende a un 28%).


En lo que respecta a las distintas pirámides poblacionales, inciden en forma directa en el
esfuerzo que cada jurisdicción debe realizar para satisfacer la demanda de educación. Si la
proporción de población en edad escolar es alta, el esfuerzo económico-financiero es mayor
debido, principalmente a: i) la existencia de una estructura poblacional con una fuerza
productiva menor y, ii) una mayor proporción de la fracción correspondiente a la población
económicamente activa dedicada a la producción del servicio educativo (los docentes)
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.
En cuanto a la cobertura, su evolución se encuentra vinculada a las tasas de crecimiento
demográfico y a factores de tipo económico-productivo (tales como las migraciones
internas) que ofrecen o restan oportunidades de crecimiento económico a las familias.
Cuando el crecimiento demográfico y el de la matrícula son comparados entre provincias y
éstas, a su vez, son agrupadas de acuerdo a determinados criterios de similitud, se pueden
establecer relaciones que caracterizan y permiten comprender mejor las variaciones de la
población escolarizada. En efecto, el crecimiento de la matrícula no ha sido parejo entre
jurisdicciones ni hacia el interior del sistema (ramas o niveles), lo que está hablando de
esfuerzos diferenciales entre provincias para satisfacer los requerimientos de una creciente
demanda de educación.


En lo que respecta a las distintas pirámides poblacionales, inciden en forma directa en el
esfuerzo que cada jurisdicción debe realizar para satisfacer la demanda de educación. Si la
proporción de población en edad escolar es alta, el esfuerzo económico-financiero es mayor
debido, principalmente a: i) la existencia de una estructura poblacional con una fuerza
productiva menor y, ii) una mayor proporción de la fracción correspondiente a la población
económicamente activa dedicada a la producción del servicio educativo (los docentes)
.
En cuanto a la cobertura, su evolución se encuentra vinculada a las tasas de crecimiento
demográfico y a factores de tipo económico-productivo (tales como las migraciones
internas) que ofrecen o restan oportunidades de crecimiento económico a las familias.
Cuando el crecimiento demográfico y el de la matrícula son comparados entre provincias y
éstas, a su vez, son agrupadas de acuerdo a determinados criterios de similitud, se pueden
establecer relaciones que caracterizan y permiten comprender mejor las variaciones de la
población escolarizada. En efecto, el crecimiento de la matrícula no ha sido parejo entre
jurisdicciones ni hacia el interior del sistema (ramas o niveles), lo que está hablando de
esfuerzos diferenciales entre provincias para satisfacer los requerimientos de una creciente
demanda de educación.


La superación de los problemas educativos de esos dos millones de personas supone la
movilización de una considerable cantidad de recursos humanos, materiales, financieros
y temporales. Si a ello se añaden las características distintivas de esa población (niveles
socioeconómicos y culturales), se potencia el esfuerzo que demandará su atención. En
tal sentido, la magnitud de la reforma -ahora mejor comprehendida por el acceso a una
información que antes no se disponía- contribuye y obliga, como dijéramos al comienzo
de este trabajo, a redimensionar la complejidad, alcance y horizonte temporal de los
objetivos originariamente propuestos.






el programa.

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